
–River está viviendo una crisis no solamente institucional sino también económica. Eso ha llevado a que esté pasando un momento crítico también en lo deportivo. Verlo último me causa un dolor tremendo. Es consecuencia de una gestión no muy feliz.
–¿Cómo solucionaría el problema de las barras bravas? ¿Qué opina del rol de José Maria Aguilar al respecto?
–Es un hombre que, a pesar de ser joven, tiene historia dentro de la institución, dentro de la hinchada, de las barras y demás. No digo que él sea un hombre responsable de la barra. El contacto que ha tenido en un pasado ha hecho posible que las barras tengan un acceso mucho más rápido a la comisión directiva. Las barras, que existieron, existen y van a seguir existiendo, tienen que apoyar al club en los partidos. La institución tiene el derecho y la obligación de cuidarlas. Eso no significa que las barras tengan un peso de decisión política como se sospecha que últimamente ha habido.