Apático y desdibujado había sido el primer tiempo para River. Llegó el entretiempo y tanto Matías Almeyda, como Paulo Ferarri y Alexis Ferrero hicieron valer sus trayectorias y personaliades.
Flor de grito y tirón de orejas se llevaron Manuel Lanzzini y Erik Lamela de parte de ellos por sus actitudes displicentes del primer tiempo.
Y surtió efecto: el destino del partido hizo que Lamela levantara muchísimo e incluso convirtiera un gol. Del mismo modo Lanzini, aunque sin convertir.
Es por ese motivo, que Juan José Lopez no habló terminado el partido. Él entendió que el verdadero mérito de revertir el partido fue todo los jugadores. Buena actitud del entrenador, y bien por los pibes que recién empiezan como Almeyda y Ferrari.
Y surtió efecto: el destino del partido hizo que Lamela levantara muchísimo e incluso convirtiera un gol. Del mismo modo Lanzini, aunque sin convertir.
Es por ese motivo, que Juan José Lopez no habló terminado el partido. Él entendió que el verdadero mérito de revertir el partido fue todo los jugadores. Buena actitud del entrenador, y bien por los pibes que recién empiezan como Almeyda y Ferrari.