
Un Tigre absolutamente contundente, marcando los 5 tantos en el primer tiempo, desplomó muy rápidamente las ilusiones y clausuró las esperanzas del pueblo rivarplatense.
Más de 47 mil personas colmaron un Monumental a pura esperanza. River venía de racha, los hinchas estaba tranquilos, Tigre venía de cachetazo en cachetazo, y encima se despedía el Muñeco Gallardo. Todo hacía suponer una fiesta.
Passarella que entregaba una placa a Gallardo, bengalas y fuegos de artificio acompañaron la salida del equipo y el aliento era ensordecedor. Pero como pasa en estos casos, cuado se festeja por anticipado, el otro te la manda a guardar. Y así fue. 5 grandes goles. Un Vega para el olvido y una desilusión Monumental para terminar un torneo acorde a su posición en la tabla. Fue 5- 1.
Angel Cappa finalmente guardó al Muñeco, y ni eso, pudo disfrutar el hincha. Flojísimo River en todas sus líneas. Distraido y apático (aunque vale también decir que Tigre nunca fue superior al millonario. Simplemente fue contundente). Y a los 20 minutos ir perdiendo 3-0, desconcertó a todos los hinchas locales, como hace 7 días lo hiciera con los de Racing.
Hoy es calentura. Mañana quizás el resultado no haya caído tan mal, porque es un muy buen golpe de realidad tanto para Passarella como para el entrenador. Cuando creían que Rier había resucitado a varios jugadores y que casi no necesitaría refuerzos, esta dura derrota vuelve a poner las cosas en su justo lugar.
River necesita sin lugar a dudas un arquero (y no por el resultado de hoy), una compañía para Ferrero, un complemento para Almeyda, y un 9 que la meta. Sí o sí.
Gracias a dios se terminó el torneo. Fue una despedida histórica. Veremos como sigue esta historia, que recién está empezando a escribirse...