Todo comenzó con la venta de uno de los volantes a River. Los dirigentes se habían comprometido a pagar 10 cuotas de 50 mil dólares cada una, pero eso nunca sucedió y la deuda cada vez se hizo más grande.
“Nunca nos contestaron el teléfono”, dijo el presidente del club de Victoria, Luis San Andrés.
Ahora la decisión de Tigre es comenzar con acciones legales contra la entidad presidida por José María Aguilar.
“No queríamos llegar a legales, pero nunca nos contestaron los llamados. Sólo teníamos la intención de sentarnos para conversar y resolver todo”, declaró el presidente de Tigre.