
Únicamente frente a Rosario Central, el equipo rosarino no sufrió expulsión alguna. En todos los demás partidos el rival del millonario sufrió siempre un expulsado. Casualmente, ese partido en Rosario de visitante, fue el único en esa condición que empezó perdiendo y terminó ganando. Tenemos en claro que cuando un jugador rival recibe un expulsado hay que empezar a preocuparse. Y cuando nos expulsan a alguno nuestro (Arsenal), podemos quedarnos tranquilos porque River pondrá ímpetu para ganar el partido.
Somos el mundo del revés. Una Casa que no está en orden.
Desde la tribuna ya nos estamos acostumbrando a la intascendencia millonaria de los primeros tiempos.En el partido de ayer River se dedicó a seguirle el juego a Racing y así le fue. Desperdició 45 minutos y se fue al vestuario perdiendo el partido.
Pero lo más preocupante aún, es que no hay variables. No hay más opciones. Hay Falcao (hoy cuidado), hay Gallardo (hoy en un 40 %), pero no hay más.
Hay inferiores, pero Pipo aún no demostró darles un lugar importante dentro del plantel.
No hay mucha vuelta. El límite está a la vuelta de la esquina. El martes: River no puede siquiera empatar el partido (más por un tema anímico que matemático). Y el examen que marcará el quiebre o no definitivo será en 15 días frente a Boca.
Desde este Blog, sentimos esta vez; que desde la hinchada hay una especie de "resignación" con respecto al futuro futbolístico. Una hinchada riveplatense, que aún sin dejar de alentar y concurrir a las canchas, ya perdió la ilusión de ver a un River campeón en el torneo o en la Copa.
Los hinchas saben que son demasiada hinchada, para tan poco equipo dentro del campo de juego.
A pesar de todo esto, la esperanza es lo último que se pierde, y en este caso, la misma, a pesar de todo lo anteriormente mencionado, está intacta.